Música del Litoral Pacífico

Aunque la música afrocolombiana de la costa Pacífica presenta en mayor medida herencias de tradiciones africanas, también exhibe pervivencias de raigambres indígenas y españolas que fueron adaptadas por los afrodescendientes de la región (principalmente en regiones del cauca y choco). Estas expresiones musicales manifiestan un profundo carácter religioso y melancólico. Sin embargo, cuando se expresa en contextos profanos su característica fundamental es la sátira. Ésta tiene bajo su responsabilidad la crítica social y política y se hace evidente en el predominio de onomatopeyas y voces en forma de dejo. Dicha particularidad está anclada en la tragedia de los esclavizados quienes, al ser considerados como mercancías y no como seres humanos, debieron recurrir al canto satírico para expresar sus inconformidades y rechazos al sistema esclavista.
El litoral Pacífico está dividido en dos zonas ampliamente diferenciadas. Las bocas o desembocadura del río San Juan establece una especie de frontera cultural entre los sectores centro-norte y centro-sur. Los grupos afrocolombianos que habitan ambas circunscripciones presentan hondas e innegables afinidades espirituales. Sin embargo, sus manifestaciones culturales tienden a divergir en varios aspectos. En la zona centro-norte las expresiones musicales exhiben el uso de percutores y de otros instrumentos relacionados con la música afroamericana. También están los instrumentos musicales melódicos como la flauta traversa de caña o metal y el clarinete, que se acompañan del redoblante, caja, tambora, cencerros, platillos y triángulo. Este conjunto típico es conocido en el área como la chirimía.
La música de la zona centro-sur, por su parte, se caracteriza por su amplio contenido ceremonial, asociado en lo fundamental con factores sociales y religiosos. El currulao, el chigualo y el arrullo son expresiones musicales ancladas en la tradición oral. En las letras de sus cantos se manifiesta una profusión de estilos poéticos cuyos versos se encadenan al ritmo a manera de fonemas o sonidos de acompañamiento, bajo el predominio de los tambores y las marimbas. La dimensión ritual se pone en evidencia cuando hay convergencia de los elementos musicales en las celebraciones religiosas o en el ámbito funerario; tal es el caso del alabao, la juga de arrullo y el velorio de angelito.
En la costa Pacífica colombiana existen manifestaciones musicales de marcada ascendencia africana. Casos concretos son los ritmos del currulao y sus cinco variantes: patacoré, berejú, caderona y juga, y los estilos fúnebres del bunde y el chigualo. Asimismo, se conservan supervivencias musicales hispánicas, especialmente las relativas a la forma del canto gregoriano, que fue traído por las misiones religiosas del siglo XVI. Estas formas de romances y pregones a capella se perciben hoy en día en los alabaos, salves y arrullos, otro tipo de manifestación musical tradicional son los cantos de boga que se relacionan directamente con los cantos de los pescadores.